Las películas también vuelven a los 80s

Esta vuelta a los años 80 que se está produciendo en las series, podemos ver que no se limita simplemente a ese tipo de contenido audiovisual. En el mundo del cine también está sucediendo un fenómeno muy parecido. 

Estos últimos años hemos visto las carteleras de nuestros cines e incluso las carteleras de servicios de 'streaming' online llenarse con películas situadas en los años 80's. Siempre ha habido películas que llaman a esa estética e incluso épocas para contar sus historias, pero podemos ver cómo en estos últimos años se ha producido un augmento en la aparición de estos largometrajes.

Podemos encontrar ejemplos de este fenómeno en películas como It (2017) y su segunda parte, It: Chapter Two (2019) que incluso cuentan con un actor que sale en 'Stranger Things', Finn Wolfhard. Incluso el material original que inspiró las dos películas, el libro original de Stephen King fue publicado el 1986. 

Póster promocional para 'It: Chapter Two' (2019)

Fuente: https://www.imdb.com/

Póster promocional pata 'It' (2017)

Fuente: https://www.imdb.com/

Este revival ochentero también se puede observar incluso en películas independientes como Verano del ’84 (2018) y películas nominadas al Oscar como Vice (2018). Recientemente, Netflix también ha estrenado una película original de la plataforma, The Irishman (2019) que también está ambientada en los 80's y que incluso ha sido nominada a 5 globos de oro.

Otro fenómeno que se está produciendo en la escena cinematográfica es el augmento de biopics (películas biográficas) sobre músicos que son de los ochenta o tuvieron una parte de su carrera durante esa época como es el caso de la película de Bohemian Rhapsody (2018), Rocketman (2019) y The Dirt (2019). Estas películas además también explotan el uso de música de esa época gracias a centrar su historia alrededor de artistas musicales que la marcaron. 

Aun así podemos ver como otras películas que simplemente están ambientadas en esa década también hacen uso de la música de esos años, como es el caso de Atomic Blonde (2017), cosa que podemos ver echándole simplemente una ojeada a su banda sonora: